Todo lo haces igual: tu forma de escarbar la arena metiendo gran estruendo, hasta llegar a lo hondo, durante minutos, como nunca he visto hacer a otro gato; tu singular predilección por echarte precisamente sobre mi cadera, cuando me ves tumbada de lado; tu costumbre de morder a Naya en la barbilla o de morderle los pies cuando va descalza por casa; que no le temas a los globos, sino que te encante explotarlos; esa originalidad, tan tuya, de beber agua de los grifos de casa, mientras tratas de capturarla con la almohadilla de tu patita…. Tu color de ojos es idéntico... No pude reconocerte el día que llegaste en aquella cajita de zapatos, pero ahora estamos seguros de que eres tú. Igual de comilona, igual de belicosa, mis manos llenas de arañazos...Hasta te echas exactamente en el mismo lugar del sofá. Y no olvido esa primera sensación de que conocías ya la casa, porque siendo solo cachorro, encontrabas los rincones más escondidos donde dormir, que las mayores tardaron mucho más en encontrar... No hay duda....
También ese sueño, pocos días antes de tu llegada: la seguías, como solías hacer cuando andabais aún entre nosotros. Paseabais juntos, en algún hermoso lugar de este vasto reino....
Vienes en otro "formato", pero guardas tu esencia, una esencia indestructible. Nos has sido devuelto, porque el amor es eterno, y nada se pierde.
